Y sin embargo grito me embriago en tu querer me sostengo en un suspiro me detengo para creer.
Creer que giro, me elevo y vuelvo a gritar me elevo hasta romper las ligas de la gravedad sólo soy capaz de observar un instante sin medida, tu belleza.
Sin beso no hay historia y sin historia no hay amor amor sin memoria amor sin temor.
Ya no grito, ni me elevo, sólo creo me mantengo en tu aroma bastante es lo que siento suficiente lo que espero.
Y si la noche no existiera más secuestrara al día para amarnos más vivir sin tiempo, tiempo inecesario en esta vía.
Te despertaste justo a las 6 con 31 minutos de la mañana de aquel año, decidiste comenzar una pequeña rutina a lo largo de tu pequeña estadía en esa bella comunidad; vaya que costó trabajo levantarse...
Fuiste minucioso con el ruido que provocabas al buscar tus zapatos y posteriormente al abrir la puerta cuya cerradura se atrancaba por el frio de las mañanas, cerraste con cuidado y te admiraste al salir, no por el paisaje, sino por el nulo paisaje tan inexistente a la luz de tu mirada. Una persiana de niebla te envolvía y solo te dejaba ver entre rendijas más haya de 5 metros; optaste por caminar despacio y cautelosamente y la orilla de la carretera.
Al paso de 5 minutos escuchaste que un camión se acercaba a gran rapidez, de inmediato saliste del camino y viste pasar a un grupo de paramilitares que te miraron con desdén por unos segundos, hiciste caso omiso y continuaste. En breve, la niebla se desvaneció y ante tus ojos lo viste, sentiste y te perdiste, corriste a toda velocidad con la mirada perdida, era como tener cerrados los ojos y tener al interior de tus parpados dibujada esa imagen, la ropa se te desagarraba, tus pasos fueron tan rápidos que se fueron despegando poco a poco del suelo, aprovechaste la bajada del camino, saltaste para probar suerte... no funciono, -no pasa nada- pensaste, mientras tanto aparecieron niños de tras de ti soplando para ayudarte. lo lograste, el bello canto tzotzil te mantuvo flotando impregnado de esa cultura. Cultura inexistente para su nación disfrazada del llamado folklore, personas sin nombre, obstáculos para el desarrollo social integral del país según el gobierno, gente perdida en sus sueños mismos, perdida en su fe.
Ríe, grita, llora, sufre y yo me sigo elevando, alejándome estoy, cada vez los veo brillar más...
Nunca había tenido los pies tan fijos sobre la tierra.
La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.